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Proyectos de conservación. Unete!
De junio a octubre de cada año, los bancos de arena de muchos lugares dentro de la reserva, son usados por las tortugas de río –Podocnemis- para desovar.
Cada ejemplar adulta puede llegar a poner hasta 45 huevos por nidada.
Sin embargo, el aprecio que estos huevos tienen en los mercados de las ciudades han hecho que hoy en día sea uno de los productos más buscados por los extractores ilegales quienes irrumpen dentro las áreas naturales protegidas con la finalidad de recolectar cuantos nidos puedan ser encontrados. Por si fuera poco, a pesar de la alta depredación que este género de tortugas vienen afrontando a través de sus huevos, los desvergonzados infractores también buscan capturar a la madre sin siquiera dejar la más mínima oportunidad de que puedan al siguiente año tener la opción de desovar y que exista la posibilidad de que lleguen a nacer tortuguitas que a los cinco años sean adultas y se reproduzcan, de tal manera que no se extingan.
Nuestra empresa, en coordinación con la Oficina central del SERNANP y en cooperación con las comunidades que yacen dentro de Pacaya Samiria, venimos trabajando en proyectos de manejo y conservación de nuestros recursos naturales. En la época de vaciante de cada año, formamos parte de comisiones organizadas para salir a recolectar los huevos de tortugas –podocnemis unifilis y podocnemis expansa- y transportarlos en envases acondicionados para posteriormente sembrarlos en playas artificiales hasta que eclosionen. Después de la eclosión, se quedan bajo el cuidado nuestro por espacio de seis semanas; tiempo suficiente para que la nueva generación de quelonios puedan ser liberados en las quebradas o cochas de nuestro entorno con la mayor probabilidad de que un gran porcentaje de ellos puedan llegar a reproducirse y así cumplir sus ciclo de vida.
No obstante, ellos no son las únicas especies amenazadas por el hombre. También se encuentra en su lista de depredación el gigante de aguas dulces, El Paiche –arapaima gigas- quienes por una década han sido indiscriminadamente depredados. Razón por la cual su población ha disminuido de manera notoria y significativa. Dentro nuestros planes de trabajo, consideramos el monitoreo y el manejo de esta especie de pez. En el territorio comunal de nuestras operaciones, tenemos un lugar donde quince madres están reproduciéndose cada año de octubre a febrero. La última temporada, pudimos repoblar una cocha con al menos 20 000 alevinos de los cuales esperamos que un 10% lleguen a ser adultas y sean quienes puedan aumentar su población en los posteriores cinco años.
Pero nuestro compromiso con la naturaleza va más allá de conservar lo que tenemos, y es que tenemos como objetivo restaurar lo que la ambición de la generación de un siglo pasado de explotadores extranjeros ha dejado como herencia a las comunidades de la Amazonía. Tenemos un gran reto, reforestar parte de nuestro bosque inundable con la majestad del árbol de la Shiringa. Es nuestro mayor sueño lograr que las generaciones venideras puedan conocer lo que nuestros abuelos conocieron y que muchos de nosotros mismos no alcanzamos a ver más que impresos en una hoja de papel.
El Sernanp, nuestra comunidad, y muy en especial nuestra empresa, quiere hacer muy extenso el agradecimiento por habernos elegido como sus Operador Turístico puesto que a través de ellos se logra financiar gran parte de estos proyectos que venimos desarrollando.








